Este
post se lo voy a dedicar a mi buena amiga Sara Mayo, ella me lo envío
hace unos días y hoy lo quiero compartir con todos vosotros.
Olivier Clerc, especialista en
bienestar y desarrollo personal, escribió en el año 2005 un libro
titulado “La rana que no sabía que estaba hervida… y otras
lecciones de vida”. En la introducción dice el autor que “todo
es lenguaje, que todo nos habla”. Entre todas las historias que
narra, una de ellas lleva el título del libro. A ella me voy a
referir y os invito a reflexionar.
"Imaginen
una cazuela llena de agua, en cuyo interior nada tranquilamente una
rana. Se está calentando la cazuela a fuego lento. Al cabo de un
rato el agua está tibia. A la rana esto le parece agradable, y sigue
nadando. La temperatura empieza a subir. Ahora el agua está
caliente. Un poco más de lo que suele gustarle a la rana. Pero ella
no se inquieta y además el calor siempre le produce algo de fatiga y
somnolencia. Ahora el agua está caliente de verdad. A la rana
empieza a parecerle desagradable. Lo malo es que se encuentra sin
fuerzas, así que se limita a aguantar y no hace nada más. Así, la
temperatura del agua sigue subiendo poco a poco, nunca de una manera
acelerada, hasta el momento en que la rana acaba hervida y muere sin
haber realizado el menor esfuerzo para salir de la cazuela.
Si la hubiéramos sumergido de golpe en un recipiente con el agua a cincuenta grados, ella se habría puesto a salvo de un enérgico salto".
Si la hubiéramos sumergido de golpe en un recipiente con el agua a cincuenta grados, ella se habría puesto a salvo de un enérgico salto".
“Es
un experimento rico en enseñanzas, dice el autor. Nos demuestra que
un deterioro, si es muy lento, pasa inadvertido y la mayoría de las
veces no suscita reacción, ni oposición, ni rebeldía”.
Y
vosotros que opináis, ¿estamos padeciendo el síndrome de la rana
hervida?
Me encanta la historia de la rana y creo que muestra a la perfección el deterioro de valores que estamos protagonizando como sociedad. Sin duda al ir deteriorándose nuestras condiciones paulatinamente nuestra reacción está más cercana al conformismo (incluso apatía) que a la rebeldía.
ResponderEliminarMUY CHULA LA HISTORIA. SALUDOS
Hola Miguel,
ResponderEliminarEn primer lugar gracias por leerme y me alegro que te haya gustado la fábula. Creo que muestra claramente la situación que estamos viviendo de conformismo, así que creo que debemos empezar a dar el salto.